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¿Necesitamos más CEO activistas en Colombia?

Una nueva voz se alza a través de miles de ciudadanos para lograr un país posible, lleno de oportunidades para todos, se trata de peticiones a favor de aquellos líderes que antes eran vistos como simples personajes de corbata y portafolios. Se trata del llamado que hacen los colombianos a presidentes, consejeros delegados, directores ejecutivos y otros máximos responsables de las empresas, estás personas que tradicionalmente son figuras con baja exposición pública y con un escaso posicionamiento propio en temas sociales, políticos y culturales. Un perfil que ha cambiado en los últimos meses o años, debido a sus opiniones e influencias sobre diversidad, igualdad, sostenibilidad, entre otros temas, tanto en nombre personal como en el de su compañía. Son los llamados CEO-activistas.

El concepto de CEO-activismo se empieza acuñar entre los investigadores y articulistas de Harvard Business Review y hoy día se ha cristalizado en multitud de líderes y empresas. Los factores que explican este posicionamiento cada vez más necesario de las empresas –especialmente de las que tienen el poder de cambiar las cosas- son varios.

Por una parte, la cada vez mayor presencia de ‘millennials’ en las compañías como en la sociedad. Estos trabajadores y consumidores con edades entre los 18 y los 36 años, han desarrollado una mayor conciencia activista, quienes buscan que los CEO’s de grandes compañías o se pronuncien sobre temas que les preocupan.

Otra parte, son las redes sociales, las cuales han centralizado los flujos de información, de forma que no solo se recibe y generan contenidos, sino que prácticamente se exige un posicionamiento por parte de los líderes empresariales, ahora la sociedad quiere saber lo que piensan. Todo ello en un escenario de exceso de información y confusión social generada por la desinformación en la que la opinión pública busca opiniones fundadas que interpreten esos temas, entre las cuales están las de los CEOs.

Ahora en medio de la pandemia y que la economía sigue golpeando a millones de personas, la confianza de los colombianos se ha volcado a las empresas, las cuales, según la ciudadanía, deberían tomar un mayor liderazgo para solucionar los principales temas que amenazan al país y “llenar el vacío” que deja el Gobierno.

Según el último sondeo realizado por Edelman ‘Trust Barometer 2021’, muestra que el 68% de los colombianos cree que los directores ejecutivos deberían intervenir cuando el Gobierno no soluciona los problemas del país.

Por otro lado, el 67% considera que los CEO deberían tomar la iniciativa en los cambios. Así las cifras, dan cuenta del reflejo de la alta credibilidad que los colombianos tienen en el sector corporativo. De hecho, en el país el nivel de confianza general en las empresas es de 63 puntos sobre 100.

Esta confianza también se ve reflejada en las relaciones directas de los trabajadores con sus empleadores, pues según muestra el reporte, los índices son de 82 puntos sobre 100.

Ante este panorama, es como los colombianos tienen una amplia expectativa para que las empresas tomen un mayor liderazgo, pues el sondeo muestra que el 93% de los quieren que los CEO se pronuncien públicamente sobre desafíos, tales como la pandemia (66 puntos), la automatización del trabajo (64), asuntos sociales (54) y temas de la comunidad (51).

También, con esta nueva realidad que vive la sociedad, los trabajadores esperan que los empresarios tomen acción en mantener a los empleados y clientes seguros vinculados a las compañías, capaciten a sus trabajadores, avancen en diversidad y equidad, y mejoren su comunicación. Ya que para muchos que se encuentran desempeñando labores desde casa, se sienten mayor respaldados si sus líderes brindan ese acompañamiento.

Y es que este incremento en el sector empresarial se debe a que, la confianza de los colombianos en las entidades gubernamentales y el mismo gobierno ha caído en el último tiempo. En este sentido, el índice de confianza en el Gobierno de Colombia está en 33 puntos, un dato que está 20 puntos por debajo del promedio mundial (53).

Otro reflejo negativo en esta valoración es para los funcionarios públicos quienes ocupan el peor lugar en cuanto a la confianza de los ciudadanos, con tan solo 24 puntos, seguido por los periodistas (35), líderes religiosos (35), CEO (41), personas de mi comunidad (57), el CEO de mi empresa (69) y científicos (70). Los funcionarios del gobierno bajan hasta los 21 puntos.

Parte de esta desconfianza hacia el sector público tiene que ver con la percepción que se tiene de estos mismos servidores, ya que no generan una cercanía con la ciudadanía.

Muchos líderes empresariales se han convertido en CEO-activistas sin pensarlo, sin embargo, se han pronunciado con temas como el empleo, las oportunidades para generar empresa, medio ambiente, la economía en general, apoyo a los más jóvenes, educación, entre otros; temas que se consideran de un activismo inteligente, pues su posicionamiento debe estar alineado a los valores de la empresa.

Algunos líderes pensarán que este tipo de pronunciamientos puede afectar la reputación de su empresa, sin embargo, teniendo en cuenta las cifras, el 67% de los profesionales del marketing de EE. UU., Reino Unido y China considera que el CEO-activismo tiene un impacto positivo en la reputación de la empresa. Otro 72% cree que esta influencia positiva conlleva beneficios a largo plazo, el mayor riesgo derivado de este tipo de activismo es la crítica en redes sociales (59%), la crítica de los clientes (55%) y la crítica de los propios empleados (59%).

Hacer parte de la opinión pública y apoyar a la ciudadanía en general es un desafío cargado de oportunidades para la reputación de la empresa, pero, sobre todo, para construir un mundo mejor.

En el último año, personalidades de varios sectores se han unido a movimientos sociales como el #MeToo, las protestas raciales del #BlackLivesMatter, la lucha por los derechos y libertades de las personas LGTB+ y la defensa del medio ambiente, algunos de los grandes temas que han marcado a países del mundo entero.

En una sociedad tan interconectada como la actual –donde cualquiera puede expresar su opinión-, exigen a los agentes relevantes de la sociedad cada vez un mayor posicionamiento. Y entre ellos, sin duda, están las empresas, especialmente las de mayor dimensión.

Los CEO, por tanto, tienen ante sí un creciente desafío: mantener su tradicional perfil bajo, sin asumir riesgos, pero perdiendo la posibilidad de alinearse con una parte de la opinión pública y demostrar que tienen preocupaciones más allá de sus negocios; o convertirse en activistas, lo que podrá ocasionar más quebraderos de cabeza, pero sin duda les ofrecerá la oportunidad de tener en sus manos la construcción de un mundo más justo.

Millennials y redes sociales, también han sido piezas claves en el impulso del CEO-activismo. Esta generación de personas nacidas entre los 80 y mediados de los 90 se caracteriza por estar más preocupada por las cuestiones éticas y sociales.

Estos ciudadanos no solo colombianos, sino del mundo entero, son los más propensos a tener una opinión favorable y a comprar en empresas cuyos CEO tienen una postura pública, incluso aunque esta sea diferente a la suya. Es decir, están a favor de que los CEO defiendan algo, tanto si coincide con su punto de vista como si no.

Además, los millennials han crecido y están intensamente vinculados a las redes sociales, donde habitualmente muestran sus opiniones, por lo que se sienten más cómodos y cercanos a los líderes empresariales que actúan igual que ellos. Las redes sociales han multiplicado y acelerado los flujos de información y de opinión, que ya no tienen un sentido unidireccional, sino que circulan en todas direcciones.

En medio de esta marabunta informativa, en la que ha quedado claro el poder nocivo de la desinformación, la sociedad no solo quiere saber lo que piensan los grandes protagonistas de la economía y la empresa, sino que la opinión pública necesita disponer de opiniones fundadas y de referentes capaces de interpretar los datos de un mundo tan cambiante como el nuestro. Y entre ellos están los CEO.

En un País Posible como el nuestro, necesitamos que sean más los CEO’s que levanten su voz, pero también se necesita que el gobierno trabaje más de la mano con ellos para que las oportunidades sean equitativas y el respaldo de la ciudadanía se vea reflejada de parte y parte.

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