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SOY LIBRE

¿Por qué unas sí y otras no?

Luego de vivir una jornada de protestas pacíficas y con desmanes en el Paro Nacional del 28 de abril, el país queda con un sin sabor al no saber si consiguió llegar a los oídos correspondientes y las peticiones de los manifestantes fueran tenidas en cuenta.

Sin embargo, la pregunta que aqueja a muchos ciudadanos es por qué unas ciudades si lograron marchar de manera pacífica y en calma y otras no. En Barranquilla y Cartagena, por ejemplo, los colores y la música amenizaron una protesta pacífica que recorrió las principales calles de ambas ciudades llegó a sumar más de 80.000 personas.

Los acuerdos entre los líderes de las manifestaciones y las autoridades también habrían condicionado el buen comportamiento de las protestas. Para Germán Gómez, sociólogo de la Universidad Nacional y experto en temas de cultura ciudadana, el éxito de las marchas estuvo ligado a que en la costa Caribe del país se asume la protesta desde una “perspectiva carnavalesca y festiva”.

Armenia fue otra de las ciudades donde miles de estudiantes, docentes y líderes sociales también se movilizaron pacíficamente por las calles en una marcha que fue catalogada por el gobernador del Quindío, Carlos Eduardo Osorio, como “un acto de cultura y verdadera fiesta de la democracia”.

Los vientos de paz también se sintieron en Boyacá, departamento en donde, según el gobernador Carlos Amaya, la jornada fue pacífica gracias a los acuerdos realizados con los manifestantes por los que se evitó la presencia del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), al que calificó como un agitador de la protesta.

Los manifestantes en Medellín transcurrieron con tranquilidad durante la mañana. Muchos se reunieron en caravana vehicular donde se encontraron con marchantes que llegaron desde el Parque de los Deseos, para luego desplazarse para el parque de Villa Hermosa. En otras subregiones de Antioquia como el Oriente Bajo Cauca y Norte se movilizaron en total tranquilidad. Sin embargo, para las horas de la tarde el panorama cambió y los actos vandálicos se llevaron todo el protagonismo.

En la isla de San Andrés se llevaron a cabo plantones pacíficos con los protocolos de bioseguridad por parte de las centrales de trabajadores como Asonal, Sindesena, Sindemedilegal que se unieron al paro nacional. Por su parte Fecode realizó un cese virtual de actividades.

Y a pesar del respeto, el orden, la calma de algunos, no fueron suficientes para que ciudades como Cali, Bogotá, Neiva, Medellín, opacara este día con actos de vandalismo, violencia y saqueos.

A pesar de encontrarse en alerta roja por el pico de la pandemia, los ciudadanos decidieron salir a las calles sin importar los riesgos para la salud. Se espera que para los próximos días los casos de contagio se disparen, agravando la condición hospitalaria de varias ciudades.

El gobierno dio su balance negativo al final de la jornada:

  •         14 buses destruidos, 10 en Cali y cuatro en Bogotá.
  •         2 vehículos particulares destrozados en Bogotá.
  •         21 vehículos de Transmilenio vandalizados con grafitis y vidrios rotos.
  •         21 estaciones de Transmilenio vandalizadas.
  •         8 buses del MIO de Cali vandalizados y uno incendiado.
  •         9 estaciones del MIO vandalizadas.
  •         13 instalaciones bancarias afectadas en Cali, Neiva, Medellín y Bogotá.
  •         16 cámaras de foto multa afectadas en Cali.
  •         5 supermercados afectados y saqueados en C­­ali.
  •         Ataque a las instalaciones del Canal RCN en Bogotá.

A pesar de los episodios violentos que eclipsaron las verdaderas razones de las manifestaciones en Colombia, los grupos organizadores del llamado “Paro Nacional 28 de abril” explicaron por qué los ciudadanos salieron a las calles el día de ayer.

Según un documento emitido por el Comité Nacional del Paro, la marcha se convocó por una serie de insatisfacciones de la sociedad y diversos grupos de interés. En primer lugar, está el anuncio de la nueva reforma tributaria del Gobierno Nacional, la cual busca recaudar más de $20 billones por el hueco fiscal que dejó la pandemia durante el año pasado.

El grupo también criticó fuertemente el aumento del IVA a 19% y el hecho de que se graven los salarios de las personas con ingresos más bajos. El Comité agregó que el sector salud no ha sido atendido para dotarlo de una infraestructura y recursos suficiente. Lo cual, según el comunicado, ha puesto en riesgo a los trabajadores y al personal médico que han estado presentes durante la emergencia sanitaria. El grupo también calificó el plan de vacunación llevada a cabo por el Gobierno como un proceso lento.

El comité destacó que los índices de desempleo, pobreza y desigualdad han sufrido un importante incremento. Las movilizaciones sociales de ayer también se dieron por las masacres, asesinatos, judicialización de líderes desmovilizados de las Farc y el agravamiento de la crisis carcelaria.

Según la organización, en el país hacen falta políticas para no criminalizar la protesta social, además de implementar mecanismos que permitan la adecuada implementación de los acuerdos de paz.

Y mientras la música, los cantos y bailes, desataban la alegría de algunos colombianos por las calles del país, a pesar de la crisis que deja la pandemia, no solo económica, sino social, muchos veían el lado bueno de la jornada. Momentos que sentían únicos donde el pueblo podía hacer sentir su voz y que los representantes en el gobierno estuvieran dispuestos a negociar las decisiones que se estaban tomando para el futuro de todos.

Para otros, la protesta social se ha visto en gran medida desactivada durante la pandemia por las medidas de confinamiento, en los casi tres años de Gobierno de Duque el malestar se ha traducido en una amplia amalgama de reclamos que incluyen la denuncia del incesante asesinato de líderes sociales y de los abusos policiales, la implementación de los acuerdos de paz, mayores fondos para la educación pública, la lucha contra la desigualdad o los asuntos ambientales.

El Gobierno defiende su componente social, pues también incluye, entre otras medidas, una renta básica permanente para los más vulnerables.

La jornada del Paro Nacional cerró con los cacerolazos que retumbaron en la noche, de manera pacífica los colombianos que no salieron a las calles lo hicieron desde las ventanas, así también contribuyeron a la manifestación, pero también a las aglomeraciones para no generar nuevos contagios.

En conclusión, hay desaliento en la sociedad por las medidas que esta tomando el gobierno, sin embargo, debemos aprender a marchar sin tener que afectar el patrimonio público, sin dañar los locales y afectar a comerciantes que tratan de salir adelante, sin violencia, a todos nos esperan en casa; para hacernos sentir hay mil maneras, pero no como las que se vivieron en el #28A. 

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