¿Cuál es la veracidad e imparcialidad de los medios de comunicación en Colombia?
Las posturas con respecto a la manera de informar los hechos noticiosos en nuestro país visto desde el artículo 20 de la Constitución Política de Colombia en el que «se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios de comunicación masiva. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura», indica que debería existir imparcialidad en los contenidos conforme a las políticas de un gobierno, los principios del medio de comunicación, todo para que la comunidad pueda dar criterio a sus propias posturas.
Sin embargo, la veracidad e imparcialidad son dos atributos del periodismo. El primero responde al deber que tienen periodistas y medios de comunicación de hacer una averiguación razonable de los hechos. No puede confundirse la veracidad con la verdad pura y absoluta, porque este es un concepto complejo que convertiría la actividad periodística en inviable. La objetividad está más bien en el terreno de las utopías a las que hay que ponerle un límite.
El principio de veracidad comporta la voluntad del periodista y del medio de comunicación de buscar la verdad hasta donde humanamente sea posible. Es decir, a conocer los hechos lo más cercanamente posible, a verificarlos y a presentarlos sin errores, completos, que no ofrezcan confusión, separados de los juicios de valor y desprovistos del afán de hacer daño. En una palabra, con honradez profesional.
Según la Federación Internacional de Periodistas y la Federación Colombiana de Periodistas, en estos cuatro casos se puede lesionar este principio:
«Cuando se emite un dato fáctico que es contrario a la realidad, siempre que la información falaz sea emitida por negligencia o imprudencia de quien la emite. Cuando son transmitidos como hechos ciertos o definitivos hechos que no son de fácil constatación por quien emite la información. Cuando un juicio de valor o a una opinión del emisor es presentada como un hecho cierto e indiscutible. Cuando el emisor no diferencia entre los hechos verdaderos y los juicios de valor que esos hechos le merecen al comunicador».
El principio de imparcialidad se refiere esencialmente a la necesidad de confrontar los hechos mediante la consulta a fuentes distintas y distantes, entre ellas a las que están directamente involucradas o afectadas.
Desde las aulas, quienes buscan ejercer esta profesión se enseña por derecha que en las salas de redacción se insiste en los problemas éticos y legales que encierra publicar versiones suministradas por una sola fuente o por fuentes sin identificar. Y más aún, cuando se publican rumores o filtraciones, que casi siempre son las formas de manipulación periodística preferidas por fuentes malintencionadas.
Hoy en día, con el uso de las redes sociales, las noticias falsas son más frecuentes y abundan en la red, lo que genera desconcierto en la ciudadanía quienes son los consumidores finales. Si bien los medios de comunicación no están en la obligación de rectificar toda esta información que circula, si están en dar a conocer la realidad sin tomar posiciones a favor o en contra de los hechos.
Por otro lado, la invitación a los ciudadanos es a evitar divulgar información sin corroborar que sea verdadera. En el caso más reciente, que tiene que ver con el Paro Nacional en Colombia, el cual cumple 12 días desde que inició, ha traído consigo confrontaciones entre la fuerza pública y diferentes sectores que se están manifestando en contra de reformas y otras inconformidades que el gobierno ha interpuesto.
Por ello, es importante leer los motivos por los cuales se quiere manifestar y documentarse para no caer en cadenas de whatsapp falsas, videos que se comparten u otro tipo de contenidos que solo producen desconocimiento de la realidad.
Los medios de comunicación masivos, incluyendo las redes sociales, desempeñan un papel muy importante en la forma como los ciudadanos conciben y reciben la información, y más aún como terminan condicionando, por no decir manipulando el pensamiento y el actuar de quienes la reciben, algunos capacitados para ser críticos, analíticos y reflexivos, otros, sin embargo, comparten y pasan de largo procesar todo el contenido sin importar las consecuencias o simplemente creen en lo que ven.
Las noticias abundan y en nuestro país vemos todo tipo de problemáticas tanto sociales como económicas, políticas, de orden público, etc., y es por ello por lo que los medios de comunicación no pueden convertir la información o modificarla de acuerdo con las posturas de los dueños de los medios o sirviendo como canal de favorabilidad de políticos o empresarios para defender intereses.
Como ciudadanos tenemos la responsabilidad de que las estrategias de entretenimiento que se nos presentan en medios como la televisión, es decir, reality shows, novelas, partidos de fútbol, reinados, entre otros, desvíen la atención de lo verdaderamente importante.
No se trata de criticar a todos los medios de comunicación, es cierto que existe una pluralidad de estos, pero en muchas ocasiones los medios infantilizan a sus audiencias, esto lo hacen cuando les ofrecen programas vacíos o cuando se dedican a mostrar noticias que nada tienen que ver con la opinión pública o el interés general de la sociedad.
Sin embargo, todos podemos cambiar y exigir que los medios y la publicidad, a través de la educación y una competencia mediática instalada en los colombianos aprendan a elegir los medios que se consumen y no permitir que estos determinen nuestras creencias y opiniones.