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MEDIO AMBIENTE

O2 Reserve, emprendedores al rescate del medio ambiente

Este emprendimiento creado por jóvenes al rescate del medio ambiente, generaron una Reserva Natural de la Sociedad Civil en uno de los puntos críticos del llamado corredor del jaguar, con la cual busca no solo la protección de este felino, sino de cientos de especies de fauna y flora que habitan en el Magdalena Medio.

En Colombia, la conservación privada se ha convertido en una herramienta para ayudar a la preservación de los bosques y muchos predios pueden ser susceptibles de convertirse en Reservas Naturales de la Sociedad Civil, como mecanismo para formalizar este cuidado.

Sin embargo, la principal razón que llevó a cinco emprendedores a crear O2 Reserve, en 2019, es que querían darle vida a una reserva natural, en el Magdalena Medio, en uno de los puntos críticos del llamado corredor del jaguar.

En estos dos años, no solo han ideado un plan de negocio, que permite generar un ingreso extra, al propietario de la tierra que está siendo conservada, sino que también han desarrollado modelos que integran al sector empresarial, para que las compañías puedan compensar su huella de manera voluntaria.

Ubicada a 10 kilómetros del casco urbano de Puerto Berrio, en Antioquia. Las razones para conservar este patrimonio natural sobran para los creadores de O2 Reserve, quienes están convencidos que las grandes transformaciones se generan con pequeños actos.

“En este lugar, encontramos la oportunidad de comenzar este proyecto de conciencia, el cual aporta una posición estratégica. Esta reserva está ubicada en uno de los puntos más críticos del llamado corredor del jaguar, iniciativa mundial que busca conectar extensas áreas de biodiversidad con la finalidad de permitir no solo su existencia, sino también el buen vivir de cada uno de los seres que le habita”, dice Susana Ortiz, gerente general de O2 Reserve.

Los socios de O2 Reserve, deciden llegar a este territorio tras identificarlo como una de las zonas más amenazadas en Colombia, debido a factores como la ganadería extensiva, la minería y los monocultivos.

Esta zona rica en biodiversidad existe una gran diversidad de especies, ya que se encuentra dentro del corredor del jaguar, iniciativa en la que trabajan 13 países, desde México hasta Argentina. Además, existe un alto índice de endemismo por tener una barrera geográfica natural.

Es tan rica esta área, que ha permitido el registro de una importante cantidad de especies no solo de fauna, sino también de flora, han utilizado cámaras trampa y han identificado armadillos, busardo negro, ciervos, garza morena o azul, monos tití y aulladores, osos hormigueros, así como grandes felinos como jaguar y puma.

Mariana Gutiérrez, ha logrado identificar especies como: riñón, tambor (Ochoterenaea colombiana), ciruelo, jobo (Spondias mombin), pategallina (Schefflera morototoni), chingalé (Jacaranda copaia), caco melote, perillo (Schizolobium parahyba), guamos (Inga spp.), carates o puntas de lanza (Vismia spp.) y balso (Ochroma pyramidale), entre muchos otras.

En estos bosques se encuentran árboles maderables en peligro de extinción o en estado crítico como el sapán (Clathrotropis brunnea), carreto (Aspidosperma polyneuron), el abarco (Cariniana pyriformis), el comino (Aniba perutilis), caoba (Swetenia macrophylla), cedro (Cedrela odorata) y el garcero (Licania arborea).

Dada esta importancia ecológica y ecosistémica, O2 Reserve plantea un plan de acción circular, en el cual, la solución para preservar esta zona es gravar la tierra como Reserva Natural de la Sociedad Civil y de esta manera protegerla, aumentar la biodiversidad, generar un ingreso extra al propietario de la tierra que está siendo conservada, y, además, le brindan la posibilidad de compensar la huella ambiental a la sociedad a través de la conservación.

Así mismo, para los gestores de este emprendimiento es clave trabajar de la mano de las comunidades, que en su mayoría son nacidas en el Magdalena Medio, con interés por aprender y generar nuevas unidades de negocios a través del uso de sus saberes.

El trabajo colaborativo es uno de los diferenciales de O2 Reserve y es por tal motivo que dentro del territorio han identificado personas con un amplio conocimiento sobre árboles, sus semillas, procesos de sembrado, tiempos y épocas de siembra. Lo que les ha permitido trabajar de la mano para tener próximamente más de 1.000 plántulas germinadas en un vivero de la zona.

Actualmente, trabajan con 40 empresas de diferentes sectores, las cuales están interesadas en compensar de forma voluntaria. “Entre nuestros clientes hay empresas de confecciones y moda como True, Americanino, MAlai y Entreaguas; en construcción y diseño Londoño Gómez, C4, Esquadra, y The Blue House; además de joyerías, peluquerías, autores y aceites esenciales”, entre otros.

O2 Reserve trabaja a través del análisis de las áreas que pueden ser susceptibles de convertirse en Reserva Natural de la Sociedad Civil y tras conocer la intención del dueño del predio de conservar, le realiza el acompañamiento del proceso para la expedición del Registro de Reserva ante Parques Nacionales Naturales.

Los gestores de este emprendimiento tienen claro que la opción de RNSC les permite a los propietarios generar productos más sostenibles, garantizar la estabilidad de los ecosistemas, facilitar proyectos de ecoturismo y participar activamente en consultas cuando se realicen actividades comerciales o de explotación cerca a estos territorios.

El reconocimiento económico a los dueños de los predios lo otorga O2 Reserve a través de la venta de servicios de conservación y restauración. Por cada metro vendido el propietario de la tierra recibe un porcentaje, el cual se convierte en un recurso adicional a las actividades que se vienen desarrollando en el predio.

Por ahora, trabajan con esta reserva, que lleva el mismo nombre el emprendimiento, pero su sueño es agrandar el corredor del jaguar en la zona en la que trabajan y al mismo tiempo aplicar este modelo a lo largo y ancho del país.

Fuente: Semana

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