La educación sexual ¿responsabilidad de padres o colegios?
Mucho queda por debatir sobre quién tiene la responsabilidad de educar a niños y adolescentes sobre educación sexual. Y es que sin importar el rumbo que tomen de su sexualidad, si es importante un acompañamiento que permita crecer con la tranquilidad, la confianza y el conocimiento sobre todo lo que implica tener una pareja.
Según el Ministerio de Salud en Colombia, una de cada cinco mujeres entre los 15 y los 19 años está o ha estado embarazada y el 19,5% de ellas no es porque así lo haya decidido. Las últimas cifras de la Alcaldía de Bogotá muestran cómo Teusaquillo es una de las localidades donde se mantuvo un aumento progresivo de embarazos adolescentes en los últimos cuatro años.
Muchas adolescentes que hoy en día inician su actividad sexual utilizan como método de planificación las pastillas anticonceptivas que tienen una efectividad del 98%, pero por ese mismo margen de error los ginecólogos y expertos como la OMS, recomiendan usar un método anticonceptivo de respaldo no solamente para prevenir un embarazo sino para evitar una infección de transmisión sexual.
Actualmente, niñas y jóvenes confían más en sus madres y acuden a ellas para hablar de temas de sexualidad o incluso, inclinaciones hacia el mismo sexo, en el caso de quienes se sienten diferentes.
La educación sexual que reciben cientos de jóvenes en instituciones educativas no es buena, ni mala, sin embargo, no abordan todas las dudas y temas que a los jóvenes hoy en día les inquietan.
Según información del Ministerio de Educación en Colombia, hay un programa de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía que contempla tres módulos. Sin embargo, no es específico el número de clases que deben realizar los colegios sobre educación sexual.
Para muchas adolescentes, el embarazo trunca su proyecto de vida. Esta situación, acompañada de la presión de pares, burlas y castigos sociales, termina llevando a muchas niñas a retirarse del colegio, por eso es fundamental contar con acompañamiento psicológico.
Sin embargo, a la hora de hablar de educación sexual, no solo estamos hablando de derechos sexuales y reproductivos y los métodos de planificación, también se debe hablar de las inclinaciones que tienen tanto hombres como mujeres por gustos hacia personas del mismo sexo. Un tema que siempre ha sido considerado como tabú, sobre todo dentro de las familias, lo cual deriva la responsabilidad a los colegios o al internet, lo que genera aún más desconocimiento en el tema y obliga a los jóvenes a experimentar en otros ambientes o a buscar información que puede ser errónea y desencadenar más dudas.
En Colombia, al menos 1,2% de las personas entre 18 y 65 años, que viven en centros urbanos, se identificarían como gais, lesbianas o bisexuales; y un 0,05%, como transgénero, según datos que por primera vez midió el DANE sobre orientación sexual e identidad de género, recolectados en la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas (ENCSPA).
De ese 1,2% de personas con orientación sexual diversa equivaldrían a por lo menos 105.000 hombres gays; así como al menos a 56.000 mujeres lesbianas y 85.000 personas bisexuales. En cuanto a identidad de género diversa, el 0,05% que se identificaron como transgénero, podría representar a unas 10.000 personas. Este tipo de cifras, nos pueden dar un panorama de la cantidad de personas que pertenecen a la comunidad LGBTQI en Colombia, muchos de estos pueden ser niños y jóvenes que han ocultado su sexualidad por miedo a represalias, burlas, bullying, acoso, pena y entre otros.
«la carencia de datos, debería ser tomada como una nueva forma de discriminación porque sin cifras no hay derechos, no hay posibilidad de que el estado atienda una situación tan si la desconoce”
En la actualidad, los retos que afronta esta comunidad van más allá de la violencia. Según el informe ‘Estrés, salud y bienestar de las personas LGBTI en Colombia. Resultados de una encuesta nacional’ realizado por el Instituto Williams de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Los Ángeles, la exposición al estrés minoritario, la discriminación y la violencia son experiencias comunes para las personas LGBTI que ocasionan graves resultados adversos para su salud.
Para realizar el estudio se realizó la encuesta más grande y completa jamás realizada en Colombia, se entrevistaron a 4.867 miembros de la comunidad LGBTI a nivel nacional. Por primera vez una encuesta indica con detalle el fenómeno, el lugar donde está pasando y quienes son las principales víctimas, “la carencia de datos, debería ser tomada como una nueva forma de discriminación porque sin cifras no hay derechos, no hay posibilidad de que el estado atienda una situación tan si la desconoce” afirma.
El informe resalta que en todas las regiones de Colombia hacen presencia miembros de la comunidad LGBTI, provenientes de todos los estratos socioeconómicos, y que en algún momento de su vida han sufrido de ansiedad psicológica e ideas suicidas debido en gran parte, a los altos niveles de discriminación y violencia que aún sufren.
Según el informe, el 55% de las personas LGBTI habían tenido pensamientos suicidas a lo largo de su vida y uno de cada cuatro (25%) había intentado suicidarse al menos una vez. Dentro de la comunidad los más afectados son las mujeres bisexuales (33%) y las personas transgénero (31%) con una tasa más alta de intentos de suicidio.
Así como los niveles de violencia física hacia la comunidad LGBTI aumentan con los años también lo hace la violencia psicológica, el nivel de estrés que puede generar para muchas miembros de la comunidad salir a la calle porque pueden ser violentados es altísimo.
En esto coincidió Gustavo Pérez, coordinador del área de Derechos Humanos de Colombia Diversa, quien dijo que tras datos estadísticos el mensaje es que “a pesar de que algunas personas traten de negarlo, las personas LGBT existen”, pero que son necesarios mayores esfuerzos para identificar necesidades específicas de estas personas para desarrollar acciones en favor de la inclusión.
el 75% de los encuestados informó que fueron víctimas de matoneo al menos una vez antes de los 18 años y la mayoría de los estudiantes LGBTI se sienten inseguros en sus escuelas debido a su orientación sexual.
La sociedad pide a gritos políticas públicas en favor de personas LGBTI, desde la educación en los hogares y colegios, para prevenir la violencia y la discriminación; hasta el ámbito laboral, ya que para muchos, especialmente personas trans, es difícil ubicarse laboralmente por la discriminación; y en el acceso a la justicia, la violencia contra personas LGBTI persiste a niveles alarmantes en Colombia, y encima de todo, la mayoría de los casos quedan en la impunidad. El Estado debe trabajar para prevenir la violencia.
Dentro de las cifras recopiladas, se rescatan datos como que el 75% de los encuestados informó que fueron víctimas de matoneo al menos una vez antes de los 18 años y la mayoría de los estudiantes LGBTI se sienten inseguros en sus escuelas debido a su orientación sexual.
Por eso, el llamado es tanto para padres como educadores, trabajar en conjunto para que este tipo de temas se puedan conversar dentro y fuera de casa y las aulas, ya que lo primordial es que las personas puedan sentirse seguras en la sociedad sin importar su inclinación sexual.
Es un trabajo conjunto el de reforzar valores desde pequeños, pues el respeto hacia los demás incluye las diferencias sexuales y su forma de pensar o sentir. Así mismo, el papel del Estado es reforzar las políticas de educación en las instituciones para que las agresiones se eviten desde temprana edad. Todas las personas merecen respeto por su sexualidad y todos tienen derecho a educarse sobre la misma para tomar buenas y mejores decisiones en el momento de tener una pareja.