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TRABAJEMOS

La otra resistencia, los empresarios que siguen en pie de lucha

Con las jornadas de manifestaciones que se viven en diferentes ciudades del país, cientos de comerciales madrugan a llenar de tablas las fachadas de sus negocios para protegerlos de la violencia.

José Manuel Acevedo, menciona en una columna publicada por El Tiempo, el poder de la resistencia y como parte de ella, se entiende como la capacidad de aguante, la fuerza que se opone a otra fuerza, la tenacidad, la firmeza y la entereza a la hora de afrontar adversidades, para lo que entonces define que quienes merecen este tipo de alusiones son los empresarios y comerciantes de este país.

Así mismo, se menciona en el artículo que grandes, pequeñas y medianas empresas, que representan el 96% del tejido empresarial colombiano, generan el 80% del empleo formal y contribuyen al 40% del PIB. Se trata de gente joven, personas de clase media que han empeñado sus ahorros en generar puestos de trabajo y en sostenerlos contra su propio patrimonio en medio de una pandemia que les impidió abrir sus locales o poner en funcionamiento sus plantas y que, ahora, por un paro prolongado, han tenido que seguir cerrados o trabajando a media marcha.

Según el diario ‘La República’, menciona cifras que dejan cuentas de 1.015 empresas en la capital, todas operaron con 45% de su capacidad máxima en promedio y 29% de ellas no ha podido recibir insumos para las entradas de sus procesos productivos.

Estas empresas, en algunos casos, unipersonales; emprendimientos familiares, productores del campo que están de acuerdo con que necesitamos cambiar muchas cosas en este país, sin embargo, sienten que con bloqueos no vamos a lograr que esas transformaciones inicien. Muchos campesinos, jóvenes incluso, durante estos días han tenido que regalar sus productos, tirarlos a la basura o venderlos a precios mínimos sin alguna ganancia.

Otros han tenido que sufrir los efectos de actos vandálicos  que se empeñan en arrasar todo a su paso, sin tener en cuenta que los locales que destruyen o grafitean nada tienen que ver con los reclamos que están haciendo ni mucho menos representan aquello a lo que se oponen. Por eso Acevedo menciona, que esa otra resistencia, es decir, los empresarios, buscan sobrevivir a esta situación, que además de no poder vender sus productos, tienen que llenar de tablas las fachadas de sus pequeños negocios para protegerlos de estos hechos.

Esta columna de opinión, hace alusión a que el sector productivo busca sobreponerse a pérdidas diarias en una ciudad como Bogotá cercanas a los 50.000 millones de pesos por causa del paro. Estos empresarios que piden auxilio al Estado para poder pagar sus nóminas durante algunos meses más y que entiende que no haya una reforma tributaria como la que originalmente se propuso, pero que le implora al Congreso que tramite pronto otra, sensata y de consenso, que genere los recaudos necesarios para prolongar las ayudas económicas que han surgido a raíz de la pandemia y que ha permitido salvar muchos empleos.

Estos pequeños y medianos empresarios, han presentado dificultades para movilizar sus productos durante las últimas dos semanas, también les pide empatía a los marchantes, no para que sus voces se apaguen o para que el volumen de sus pretensiones se baje, sino para que entendamos, que destruyendo la economía no vamos a mejorar a Colombia, sino que nos vamos a empeorar todos.

Finalmente, la resistencia que ellos han tenido al pasar por las duras y las maduras no solo durante el Paro Nacional, sino también en lo corrido de estos meses de pandemia, los que sobreviven no están solicitando que los incluyan en las mesas de negociación, simplemente esperan que los dejen trabajar.

Fuente: El Tiempo

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