Guía para sobrevivir al teletrabajo en el segundo año
Para 2021, aún en pandemia, países de Latinoamérica aún no han regularizado el teletrabajo y el trabajo en casa. De ahí a que existan consecuencias.
Hace aproximadamente un año gran parte de la población mundial trasladó el universo laboral a su hogar. Pasó de pasar horas en los medios de transporte a estar a un botón de distancia para comenzar o finalizar su trabajo remunerado. Transformó su comedor en una oficina precaria donde mascotas, familia, hijos, padres, madres circulaban alrededor. Nunca se había visto en la necesidad de exigirle a su compañía de internet por el mal funcionamiento de la red. Y por qué no, pensó en hablar con sus jefes para que le envíen una silla cómoda, le respeten los fines de semana o les brinden atención psicológica por no tener un día de desconexión como derecho básico.
Muchos que viven con sus familias y tenían que compartir los espacios, al llegar la pandemia cada uno tuvo que trasladar su lugar de trabajo al hogar. Al principio seguramente muchos comenzaron a pelear por un espacio en la mesa, se vieron cables de un lado a otro, cargadores, perros y gatos que interrumpían cada paso que dábamos. Aprendimos nombres de nuestros compañeros y jefes, y a veces jugábamos a identificarlos según su tono de voz en alguna videollamada. Con el correr de los días, la tensión en la convivencia iba aumentando, nuestras piernas se acalambraban por estar horas en la misma posición, las comidas se pisaban frente a nuestros monitores y las lavadoras interrumpían la concentración necesaria.
Sin contar el privilegio de tener un trabajo estable y se empezó a notar cómo el trabajo en casa hacía de nuestras vidas un desastre.
En Argentina la Ley 27.555 de teletrabajo comenzaría a entrar en vigencia el primero de abril. “Lo novedoso de esta ley es el artículo seis, donde habla sobre las tareas de cuidado de las personas trabajadoras, indistintamente de su género. Es decir, las personas con responsabilidades de cuidado que tengan a su cargo a menores de 13 años, adultos y adultas mayores y personas con alguna discapacidad, tendrán derecho a interrumpir su jornada y modificarla con horarios compatibles entre el cuidado y el trabajo remunerado. En Argentina la mayor parte de las tareas de cuidado las hacemos las mujeres. Por eso es importante tener una normativa de trabajo que hable de la necesidad de conciliar los dos espacios”, dice Gisela Dohm, socióloga e integrante de ELA, equipo latinoamericano de justicia y género, quien propone abrir las discusiones de las normativas laborales, no solo en el ámbito privado sino también en el resto de los sectores de trabajo.
Dohm apunta a los ámbitos que resultaron más vulnerados por causa del aislamiento, donde muchas familias pasaron a estar 24 horas conviviendo y fueron obligadas a compartir ciertos espacios donde se mezclaba la vida laboral, educativa e íntima. “El aislamiento incrementó significativamente el trabajo de cuidados, por el cierre de los establecimientos educativos u otras instituciones de cuidado, además del incremento de la asistencia sanitaria de las personas adultas mayores de las familias. Este incremento recayó mayoritariamente en las mujeres, lo que trajo dificultades para conciliar sus trabajos remunerados, su tiempo de descanso, autocuidado y recreación. Para los varones esta tensión no tuvo el mismo impacto”.
Desde las oficinas de Recursos Humanos tampoco esperaban que este contexto se estirara durante tantos meses. Sofia Morales es parte del equipo de Recursos Humanos de una empresa de publicidad y medios de comunicación en Ciudad de México. En esta empresa trabajan casi 280 personas desde sus hogares. “Veo como positivo el panorama de regulación que está vigente desde principio de este año. Se trata de contar con un apoyo mensual para cubrir los gastos de internet y de luz y poder cubrir, fundamentalmente, con las herramientas de trabajo: laptops y sillas ergonómicas. En nuestro caso, estos elementos son brindados por la empresa a todos los trabajadores, quienes tienen que firmar una carta de compromiso de cuidado de los materiales”.
En México, tener derecho a la desconexión al terminar la jornada laboral, incluir una perspectiva de género en los contratos colectivos y brindar al empleado el equipo necesario para hacer sus tareas son los cambios para resaltar en la Ley de Teletrabajo que entró en vigor en enero de este año.
A parte de cumplir con esta regulación, Sofía se ha encontrado con el mismo panorama en su ámbito personal, “durante los primeros meses me resultó difícil acceder a nuevos contratos, hacer entrevistas de manera virtual y buscar reemplazos para las bajas”. Sin embargo, el área de Recursos Humanos donde trabaja lleva un control de cada persona que se contagia por COVID-19 donde también brindan apoyo psicológico.
Según el psicólogo Agustín Menéndez, haber cambiado nuestra vida laboral de manera remota trajo una doble cara, por un lado existen personas que lo han vivido de forma positiva porque su lugar de trabajo no les resultaba cómodo; estas personas supieron optimizar su tiempo y tienen la posibilidad de organizarse de otra manera, en la que pueden tener actividades externas a su trabajo formal remunerado. Pero, por otro lado, a mucha gente le desorganizó por completo su rutina diaria, aumentando los niveles de estrés, ansiedad, depresión y angustia.
“Vivo solo desde hace dos años, al principio no pensé que sería tan terrible trabajar desde mi hogar hasta que comencé a llevar la cuenta de mis horas frente al monitor y me horroricé. Sin programarlo comencé a tener más reuniones con mis compañeros y a pensar más en mi rendimiento, llegué a tener un gran agotamiento mental y físico. Tuve problemas en la piel por estrés y dificultades para dormir. Aparte comencé a tener dolor de espalda”. Felipe, 36 años, Colombia.
El teletrabajo en Colombia fue regulado a través de la Ley 1221 de 2008. Durante años no existió mayor avance legislativo hasta que llegó la pandemia. Julián Páez Vargas, abogado, docente universitario y consultor de nuevas tecnologías aplicadas al derecho explica que “recién hace pocos días, el Senado de la República aprobó, en último debate, el proyecto de ley 352/20S – 429/20C, definiendo el derecho a la Desconexión Laboral y reglamentando, entre otros, un auxilio a la conexión digital; sin embargo, desde ya existen críticas, pues regular la Desconexión Laboral, solamente para el trabajo en casa, podría dejar sin protección otros escenarios laborales, igualmente impactados por el uso de las nuevas tecnologías”.
El derecho a la desconexión, el pago a los servicios de luz e internet, las políticas de cuidado y el requerimiento de equipamiento básico de trabajo son algunas de las cuestiones básicas a resolver para gran parte de la población que todavía realiza su trabajo formal de manera remota.
Aunque hay ciertos parámetros que funcionan para la mayoría de las organizaciones, eres libre de ajustar los requerimientos de acuerdo con las leyes aplicables y los requisitos de tu industria.
De esta manera, sabemos que comenzar una forma de trabajo nueva puede hacer que los lineamientos queden en segundo plano, especialmente si adoptarás el esquema de home office por un periodo determinado. Más de la mitad de las empresas que utilizan el trabajo remoto no cuentan con una política al respecto. Y es necesario que estés en esa parte que sí formaliza su nueva forma de organización.
Si te preguntas por qué, ten en cuenta que con una fuerza laboral fuera de la oficina es probable que las expectativas y procedimientos no estén claros. Sin una política establecida, poco a poco surgirán problemas de comunicación; mientras que con su ayuda lograrás que los objetivos estén a la vista de todos desde un inicio.
Aunque hay ciertos parámetros que funcionan para la mayoría de las organizaciones, eres libre de ajustar los requerimientos de acuerdo con las leyes aplicables y los requisitos de tu industria. La política de teletrabajo inicia desde estos aspectos:
- Elegibilidad y aprobación de los candidatos
- Flexibilidad
- Equipamiento y ciberseguridad
- Espacio de trabajo y ubicación
- Comunicación
- Cuidados familiares
Las buenas prácticas para la gestión remota de equipos en 2021 para conseguir el equipo remoto de tus sueños son fáciles de lograr, solo es necesario tener la disposición para hacerlo:
- Utiliza una plataforma de comunicación
- Busca soluciones en la nube
- No te conviertas en un fantasma
- Celebra el éxito
- Fomenta la socialización
Fuente: VICE en español / Hubspot