TENDENCIASTRABAJEMOS

Desempleo, las cifras disminuyen, pero los desocupados aumentan

octubre 7, 2021426 views0

Desempleo. Una de las mayores preocupaciones de los colombianos es el desempleo.

Según el DANE, en los últimos meses se ha dado una tendencia decreciente, pues la tasa de desempleo de julio fue de 14.3%, en comparación con 2020, la cual fue de 20.2%, es decir que 3.47 millones de colombianos no estaban empleados.

La tasa de desempleo en Colombia representa más del doble del promedio de los países de la OCDE, la cifra nos pone en tercer lugar con el 13.70% seguido de Grecia y España.

Sin embargo, aunque el desempleo es alto, Colombia viene avanzando en el camino para ubicarse en cifras similares a las de 2019, que tampoco es que fueran las mejores.

Las mujeres vuelven al ruedo

El Gobierno ha implementado medidas para incentivar la contratación de mano de obra femenina y estas han hecho algún efecto.

De acuerdo con la información entregada por el DANE, por cada 10 hombres empleados, son 11 las mujeres trabajando, algo que sucede por primera vez en el país, en donde, habitualmente, ellas han sido mayormente afectadas por el desempleo.

Otro dato positivo es la mejora de la formalidad laboral, principalmente en las 13 principales ciudades, que es donde más se concentra el empleo, pues allí.

Jóvenes siguen enfrentando el desempleo

El desempleo en los jóvenes entre 14 y 28 años fue de 23%, cifra que en igual periodo de 2020 era de 29,7%.

Entre los jóvenes, las mujeres llevaron la de perder con un 30,1% de desocupación.

Esto prende las alarmas ya que significa que 1,5 millones de jóvenes están desempleados o en búsqueda de trabajo, y 5,7 millones inactivos.

Es decir que no están buscando empleo, pero tampoco están trabajando.

Con programas y políticas como Jóvenes en Acción, 40.000 primeros empleos y la Ley de Primer Empleo (Ley 1780 de 2016) parecen no ser suficientes para cubrir la gran demanda de esta población.

La construcción de una política de empleo para los jóvenes no puede estar separada de una política educativa.

Es decir, la educación debe estar acorde a las necesidades del mercado para el mejoramiento de la empleabilidad, lo que ratifica la importancia de estimular la innovación, recalificar la fuerza laboral y facilitar la certificación de competencias.

 

Esto permitirá que exista una interacción entre la formación profesional de los jóvenes con el sector productivo, el cual a su vez podrá generar oportunidades en campos que antes no se habían explorado y facilitar la transición educación-trabajo.

Por ejemplo, que las empresas paguen por estudiar y capacitarse, con el compromiso de trabajar para ellas una vez tenga las capacidades para hacerlo.

Medidas del Gobierno contra el desempleo

El trabajo en casa, el teletrabajo, vacaciones anticipadas, negociación de salarios, autorización del retiro parcial de cesantías, subsidio económico de emergencia y la reducción del aporte de pensión, han sido algunas de las medidas adoptadas para proteger el empleo, evitar los despidos y ayudar a aquellos que han quedado sin ingresos.

Son cerca de 75 mil trabajadores de 286 empresas los que se han cobijado a las ayudas del Ministerio del Trabajo, acordando el desistimiento de la suspensión de contratos, nuevos turnos de trabajo, jornadas flexibles, garantía y restablecimiento de contratos, aseguramiento de un mínimo vital y hasta reubicación del personal.

Factores que agudizan más el desempleo

También, Colombia se ha caracterizado por tener altas tasas de desempleo e informalidad debido a los costos de la contratación formal y de la creación de empresas.

La afiliación y contribución a seguridad social, contribuciones parafiscales y el hecho de que el salario mínimo sea alto en comparación con la productividad, hacen que sea difícil la generación de empleo formal y, que, por el contrario, la informalidad sea atractiva.

Una de las soluciones sería revisar el salario mínimo.

Un salario mínimo igual para todas las regiones del país genera desempleo e informalidad, porque la generación de ingresos es diferente en las distintas regiones del país.

El desempleo y la informalidad se elevan a causa de un salario mínimo que no refleja las condiciones económicas de las regiones y por costos salariales que son imposibles de asumir por pequeñas empresas.

Permitir la diferenciación regional del salario mínimo puede aumentar la demanda de empleo formal en las regiones más pobres.

Por otro lado, la reducción de los parafiscales en una de las últimas reformas tuvo un claro efecto positivo sobre el empleo formal.

Menos impuestos, más empleos

La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) dio a conocer una serie de propuestas para mejorar los datos de empleabilidad en Colombia.

Una primera propuesta gira entorno a que los empleadores y trabajadores dejen de cotizar a salud y se recauden los recursos por medio de impuestos generales.

Así mismo, la implementación de incentivos tributarios a empleadores de jóvenes y brindar mayores subsidios a la nómina, puntos que hacen parte de la reforma tributaria.

Por último, la posibilidad de que las contribuciones parafiscales sean descontables del impuesto de renta.

Desempleo una pandemia permanente

El desempleo ha sido una enfermedad para los colombianes que produce una cadena de efectos secundarios sobre la economía, el bienestar y la salud pública:

1. El desempleo continúa teniendo una brecha de género. En noviembre de 2020, por cada hombre que perdió su empleo 2.2 mujeres lo hicieron, ubicando el desempleo femenino en 22,8% frente al 13,9% para el caso masculino.
2. La informalidad es un problema del mercado laboral. En junio de 2020, los informales fueron el 46,2%, poco menos de la mitad del total de ocupados. La pandemia agravó esta situación, produjo la informalidad en las personas que perdieron sus trabajos.

 

 

3. A pesar de que el sector agrario es fundamental para la economía de cualquier país, en Colombia no se aplican estrategias para su fortalecimiento.
4. El desempleo juvenil crea un alto malestar social, es improductivo tener una gran cantidad de jóvenes sin emplearse que a futuro producirían una crisis pensional. La migración de empleos virtuales ofrece una oportunidad en medio de la crisis.
5. La salud de las personas se ve afectada. Ansiedad, estrés, depresión, desequilibrio emocional y otros síntomas podrían incluso llevar al suicidio. Según el Instituto Nacional de Salud, del total de suicidios reportados en el 2018 el 63,4% correspondió a mujeres y el 73,5% a personas jóvenes, dos grupos afectados por el desempleo.

Solo a través de la comprensión de las particularidades de nuestro mercado laboral es posible pensar en un mejor futuro.