¿Es la energía nuclear una energía verde?
¿Es la energía nuclear una energía verde? La eterna polémica sobre el uso de la energía nuclear se ha reabierto este año con la propuesta de la Comisión Europea (CE) de incluir el gas y las fuentes nucleares dentro de la denominada “taxonomía verde”.
El objetivo es lograr la descarbonización de la economía y alcanzar la neutralidad climática en 2050.
¿Qué es la taxonomía verde europea?
La Unión Europea ha creado una lista como una herramienta clave para clasificar las actividades económicas y las fuentes de energía como verdes, es decir, que contribuyen a los objetivos de descarbonización para 2050 que se ha propuesto Bruselas.
El Green New Deal o Pacto Verde Europeo busca reducir las emisiones un 55% en 2030 respecto a los niveles de 1990 y llegar a las cero emisiones netas en 2050.
A la vez, este pacto supone una inversión multimillonaria: un tercio de los 1,8 billones de euros de los fondos Next Generation estarán destinados a financiar esta transición a energías verdes.
¿Qué incluye la taxonomía verde?
La lista verde, en vigor desde julio de 2020, incluía en un primer momento las energías renovables, como la eólica, la solar fotovoltaica, la hidroeléctrica y también el biogás o el hidrógeno verde.
Sin embargo, el nuevo acto delegado incluye también la energía nuclear y el gas natural como energías de transición.
Aunque la nuclear y el gas hacen su entrada dentro de la taxonomía verde, están sujetas a determinadas condiciones y plazos temporales.
Por ejemplo, solo recibirían la clasificación de verdes las nuevas centrales nucleares que reciban el permiso de construcción antes de 2045 y que tengan un plan, un lugar y los recursos suficientes para tratar los residuos radioactivos.
Respecto al gas, este debe emitir 270 gramos de CO2 por kilovatio hora, reemplazar a una central energética más contaminante y recibir el permiso de construcción antes de 2030.
La energía nuclear, una energía verde
La CE considera que la nuclear -así como el gas- tienen un papel que desempeñar para facilitar la transición hacia un futuro basado predominantemente en las energías renovables.
Se basan en que no produce apenas emisiones de dióxido de carbono en la generación de energía, a diferencia de los combustibles fósiles como el carbón y, por tanto, puede contribuir a llegar a las emisiones netas cero en 2050.
Más allá de si la nuclear puede considerarse verde o no, el alto costo de esta tecnología y el tiempo que tardan en construirse nuevos reactores, la hace inviable respecto a la urgencia de la transición energética que se han marcado los gobiernos.
¿Y el gas?
Se cree que es contradictorio incluir un combustible fósil en una taxonomía verde, aunque se puede tener alguna ventaja sobre el carbón en ciertos países, como Polonia, donde esta fuente de energía representa más del 70% del mix energético, y podría pasar a emitir tres veces menos.
Teniendo en cuenta la limitación a las emisiones que impone Bruselas (270 gramos de CO₂ por kilovatio hora), el gas sí que supondría un avance respecto al carbón en los países donde este sigue teniendo un peso importante.
Votos a favor y en contra de la energía nuclear
Con esta decisión la Unión Europea (UE) da la razón a diferentes países, como Francia, que desde hace tiempo reclaman un reconocimiento expreso de la energía nuclear como fuente libre de emisiones de CO2.
Alemania pedía la inclusión del gas como energía necesaria para la transición energética.
Sin embargo, el cambio en la taxonomía verde (el sistema que determina qué actividades entra dentro de los criterios de sostenibilidad) ha contado con el rechazo de los partidos ecologistas europeos, los grupos ambientalistas y la propia comunidad científica.
Estos consideran que ninguna de las dos tecnologías puede considerarse como energías verdes.
Organizaciones medioambientales como WWF y Greenpeace también han anunciado su intención de llevar la nueva normativa ante el Tribunal de Justicia de la UE, por considerar que la decisión aprobada no cumple con los objetivos del Acuerdo de París