By ¿Reducción del congreso buena idea o solo populismo?
Reducción del congreso. Actualmente Colombia se encuentra sumida en una grave crisis de popularidad. Los ataques a su legitimidad han hecho mella en prácticamente todas las instituciones del Estado: el ejecutivo, la fuerza pública, los gobiernos locales y demás. Pero particularmente una institución que ha sufrido de gran impopularidad ha sido el Congreso de la República.
Fama que no es reciente, sino que ha venido construyendo desde hace ya varios años. Pues todo parece indicar que el único responsable de su mala fama ha sido la corporación misma: ha sido renuente a establecer eficaces mecanismos de rendición de cuentas, a fortalecer la transparencia legislativa y de sus miembros, además de aplicar castigos y rendiciones de cuentas a aquellos de estos que no hacen su trabajo y que no se aparecen en las sesiones legislativas y de control político.
Además, también se critica los envidiables beneficios que gozan los parlamentarios. Adicional a que lo que gananaumenta todos los años gracias a la ley que crea la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, haciendo que solo este año aumentara en 1’676.000 pesos adicionales a los ya 32 millones que ganaban, también tienen otros beneficios como el alquiler de camioneta blindada, tiquetes aéreos, seguro de vida y una Unidad de Trabajo Legislativo.
La inquina contra el Congreso y particularmente contra sus miembros tiene unas razones algo sencillas de explicar. Se inicia un proceso de generalización en el que se asume que el político es sinónimo de corrupto.
De ahí, aparecen muchas críticas y muchas propuestas, como por ejemplo la más sencilla que trata sobre la reducción de los salarios de los congresistas, fracasado intento varias veces en los últimos años.
En los últimos días se ha hablado de otra propuesta que trata sobre la reducción de los miembros que componen el Congreso de la República a la mitad, con la supuesta finalidad de ahorrarse un dinero que sería dirigido para la reactivación económica del país. Proyecto que implicaría modificar varios artículos de la Constitución Política de Colombia de 1991.
Un ahorro no muy significativo – Reducción del congreso
Aunque es loable que una parte del presupuesto sea reducido en burocracia y dirigido a la inversión del país, se debe conocer, primero, si este ahorro es significativo y, segundo, qué consecuencias traería este tipo de medidas para el país.
Según la Ley 2063 de 2020 que decreta el Presupuesto General de la Nación para 2021, el presupuesto de funcionamiento asignado para el Congreso de la República es de 612 mil millones de pesos. Es decir que si se aprueba la reducción del Congreso a la mitad, estaríamos hablando de un ahorro anual, a grandes rasgos, de un poco más de 300 mil millones de pesos.
Ahora, es necesario conocer que el Estado, solo para 2021, tenía un presupuesto de 295 billones de pesos. Quiere decir que la reducción del Congreso de la República, significaría un ahorro del 0,1%; algo nada significativo.
¿Muchos o pocos representantes?
Lo siguiente que nos toca preguntarnos es si Colombia tiene muchos congresistas respecto con su población. Todo indica que no, pues podemos encontrar muchos ejemplos con una relación superior.
Por ejemplo, Reino Unido tiene actualmente 1.441 miembros entre la Cámara Alta y la Cámara Baja del Parlamento; es decir unos 21 representantes por millón de habitantes. Francia tiene en su parlamento un total de 925 miembros, lo que significa unos 14 representantes por millón de habitantes. Alemania tiene 778 puestos: 9 representantes por millón. España tiene 350 miembros, es decir que tiene 7,4 representantes por millón de habitantes y Estados Unidos tiene 535 miembros, es decir que hay una relación de 1,6 representantes por millón de habitantes.
Si revisamos casos de la región, podemos ver que en Perú se tiene 130 miembros, es decir 3,9 por millón de habitantes. Ecuador tien 137 miembros lo que significa unos 7,6 representantes por millón. Y Brasil tiene un total de 594 puestos, que significa unos 2,7 representantes por millón.
En el caso colombiano, el Congreso de la República tiene 280 curules entre Senado y Cámara de Representante, lo que significa 5,4 representantes por millón de habitantes. No es un número muy pequeño, pero tampoco es posible decir que hay muchos representantes con relación a la población colombiana, en comparación con otras democracias.
¿Se fortalece la democracia?
No es posible decir que se tiene un gran número de representantes, de la misma manera que tampoco se tiene un número muy bajo. Sin embargo, sí que es posible sostener que pueden darse algunas consecuencias de fondo.
Por ejemplo, movimientos y partidos políticos minoritarios o que apenas estén empezando la tendrán mucho más difícil para conseguir ocupar una curul. Y esto es simple lógica: si antes solo conseguían una curul, si se recorta el número de representantes a la mitad ya no podrían tener ninguna representación en este cuerpo colegiado.
Si ya el Congreso se ve como un “club” de políticos y mandamases, la reducción a la mitad de sus cupos, solo fortalecería esta percepción. La imagen de ser una pequeña élite que maneja las riendas del país sencillamente se fortalecería; la percepción de que el poder está concentrado en pocas manos no haría más que aumentar.
Otras propuestas de reducción del congreso
A lo anterior se puede responder que el tamaño no viene necesariamente acompañado con más representatividad; algo que es evidente en la actual democracia colombiana, en el que los votantes no se sienten de ningún modo representados por los miembros del Congreso, de ahí su mala imagen.
Claramente este enunciado es correcto, pero más mal que bien podría hacer la reducción del Congreso de la República a la mitad. Como bien ha mencionado el exsenador John Sudarsky lo importante no es el tamaño, sino la forma de elegirlos.
En el actual sistema electoral existe una débil relación entre elector y elegido: no existe conocimiento de quién es su representante, no hay fuertes mecanismos de rendición de cuentas.
Existen varias propuestas para fortalecer este vínculo y así fortalecer la legitimidad del Congreso de la República, como por ejemplo el de Sudarsky que desarrollar distritos uninominales mucho más pequeños que las mismas gobernaciones. También es necesario acercar a los representantes a sus mismos votantes con otras reformas,como la de reducción de beneficios y salarios, no tanto con el fin de buscar un ahorro, sino como un cambio coherente y saludable en un país donde los representantes están ganando casi treinta veces más que lo que ganan sus representados.
En últimas, la reducción del Congreso a la mitad no es un ahorro significativo en relación con el presupuesto general de la nación, pero sí que puede repercutir en una falta de representatividad de los colombianos. Si consideramos al populismo como aquellas ideas y propuestas que tienen gran apoyo entre la población, pero que en realidad no resuelven los problemas y, al contrario, tienden a agravarlos, no sería arriesgado calificar esta propuesta como tal.
