¿Qué sabe usted de libertad económica?
Según el analista Juan David García en su columna de opinión en La República, libertad económica es la posibilidad que tienen todas las personas de trabajar, producir, vender, comprar e intercambiar bienes y servicios, con responsabilidad, de forma voluntaria y sin que otros nos lo impidan, para satisfacer nuestras necesidades y las de nuestros seres queridos, buscando vivir mejor. Así mismo, usando identifica que el periodista económico estadounidense, Henry Hazlitt, hace referencia a cinco instituciones interdependientes y necesarias para que exista la libertad económica: propiedad privada, mercados libres, competencia, división del trabajo y cooperación social.
García reconoce que es posible y deseable tener comunidades principalmente prósperas, libres y virtuosas. En el mundo real, este tipo de sociedades surgen cuando predomina la libertad económica.
Para él hay dos argumentos básicos, el primero consiste en la superioridad ética y moral de la libertad económica. Llega a esta conclusión por tres motivos. El primero es que se trata del único sistema económico que conozco que hace posible enriquecerse sirviendo al prójimo. En cambio, en los otros sistemas, buena parte de las grandes riquezas se acumulan saqueando o esclavizando a otras personas. Cuando hay verdadera libertad económica, la única forma de obtener ganancias es ofreciéndole a consumidores, como usted, un producto o servicio que le mejore la vida, satisfaciendo sus deseos y necesidades.
“En segundo lugar, la libertad económica entraña un valor que considero fundamental: la posibilidad de escoger lo que quiero. Nadie puede conocer mejor que yo mis preferencias o lo que más me conviene de acuerdo con mis circunstancias. Si a usted le quitan su libertad económica, significa que otra persona decidirá por usted”, puntualiza el analista.
En tercer lugar, menciona que la libertad económica es superior a sus alternativas, “porque con la competencia voy mejorando en mi trabajo. Gracias a que existen competidores, tengo incentivos para innovar, esforzándome por ofrecerle a consumidores como usted, el mejor producto o servicio al mejor precio posible”.
Por otro lado, otro plus que tiene la libertad económica es la impresionante eficacia de este sistema para mejorar la calidad de vida de personas como usted o como yo. Es decir, a mayor libertad económica se registra menos pobreza, mayor ingreso per cápita, más crecimiento del PIB, más democracia, mayor inversión extranjera, mayor productividad, mejor desarrollo humano, más longevidad, menor mortalidad infantil, mejores servicios de salud y educación, más innovación, menor percepción de corrupción y mejor desempeño medioambiental.
Colombia, por su parte, ha tenido un desempeño mediocre en los índices que miden anualmente la libertad económica en el mundo. Ocupamos el puesto 92 entre 162 países en el índice de Fraser Institute y el puesto 45 entre 180 economías analizadas en el estudio de la Heritage Foundation.
En síntesis, para salir fortalecidos de la crisis producida por la pandemia, generar empleo, reducir la pobreza y construir una economía próspera, los colombianos, como usted y como yo, debemos exigir mayor libertad económica.
Fuente: La República