Presencialidad en la educación
El retorno a la presencialidad en jardines, colegios y universidades ha sido uno de los retos más grandes que ha tenido que afrontar el país, pues el panorama con respecto a la igualdad, asequibilidad y la calidad de la educación ha dejado entrever que hay falencias en las mismas y que los aplazamientos han generado nuevas problemáticas en las cuales millones de niños y jóvenes se han visto afectados.
Ahora que se habla de una reapertura total del sector el próximo 15 de julio a través de una orden nacional derivada de la Resolución 777 del Ministerio de Salud, maestros y padres de familia se hallan en un dilema con respecto a las garantías para regresar y con la premisa de que las condiciones no están dadas para hacerlo en medio del tercer pico de la pandemia.
La medida, que coincide con la fecha en la que se tiene previsto que finalice el esquema de vacunación de profesores, se hará con protocolos simplificados que consisten básicamente en uso de tapabocas, distanciamiento de un metro, ventilación, lavado de manos y desinfección. La alternancia solo funcionará en colegios que no puedan garantizar la distancia de un metro.
Con esto se busca acelerar el retorno, que venía siendo muy irregular. Según el Observatorio de Gestión Educativa de Empresarios por la Educación, en el primer semestre del año, solo el 16,3% de los 9,7 millones de estudiantes del país han tenido algo de presencialidad. Así mismo, de los 400.000 millones de pesos invertidos por el Ministerio de Educación para hacer las adecuaciones en las instituciones desde 2020, solo se ha ejecutado el 58,6%, lo que representa una lenta acción por parte de los territorios responsables de las adecuaciones.
La ministra de Educación, María Victoria Angulo, indicó que la nueva etapa rige para instituciones privadas y públicas, es decir que todos los colegios deben volver a las aulas: “el regreso al servicio educativo presencial en las aulas es un mandato ético y normativo, como lo señala la resolución, y se debe adelantar con el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad en todos los colegios oficiales y privados”.
Con todo esto, la opinión de los expertos es que se hace necesaria la presencialidad, dados los efectos en el aprendizaje, el desarrollo emocional y social de los niños a causa del encierro. A esto se suman las recomendaciones de Unesco y Unicef, organizaciones que han dicho que los colegios deben ser los primeros en abrir y los últimos en cerrar.
¿Listos para retornar?
La medida ha dado a conocer diferentes puntos de vista, sin embargo, para el gobierno lo más importante es que a la fecha hay más de 260.000 docentes que ya han recibido la vacuna. Aun así, Carlos Ballesteros, presidente de la Confederación Nacional de Padres de Familia, asegura que no están dadas las condiciones para el regreso a los salones: “Los colegios no están preparados para retornar, no les ha llegado el dinero para que hagan las adecuaciones y adquirir el equipamiento para cumplir con los protocolos. No vamos a permitir que el Gobierno obligue a las familias al retorno a la presencialidad”.
La Confederación Nacional de Asociaciones y Colegios Privados (Andercop) señaló que, aunque se cumpla con los protocolos “plantear el regreso a la presencialidad con un distanciamiento de un metro nos impide el regreso del 100% de nuestros estudiantes y realmente nos obliga a continuar en plan de alternancia para poder cumplir con esa condición”.
Por su parte, Óscar Domínguez, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún), señaló: “Sería ideal que el Gobierno diera prioridad en la vacunación a los jóvenes, porque todas las personas tienen riesgos de infección. Las universidades han hecho importantes inversiones para la adecuación de la infraestructura física y tecnológica, pero el incremento de casos evidencia un factor de riesgo que se puede incrementar con el retorno a la presencialidad”.
FECODE le pone trabas al regreso y a la presencialidad en la educación
Pese a ello, la decisión de retorno ha recibido reacciones a favor y en contra. Este ha sido uno de los puntos en los que ha hecho énfasis la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode). Christian Rey, presidente (e) del sindicato, señaló que “tenemos dos puntos inamovibles: uno, la vacunación; y dos, contar con los elementos de bioseguridad necesarios. Esto incluye los protocolos actualizados. Por eso, nuestra labor ahora es ver que se cumpla con eso. Así como nos están exigiendo volver, nosotros vamos a exigir que se haga en las condiciones correctas”.
Nelson Alarcón, directivo del sindicato dio su punto de vista sobre por qué los docentes continuaban con el cese de actividades “esto es de largo aliento; esto es para llegar con miras a 2022 y seguir mucho más allá, para derrotar al Centro Democrático, para derrotar a la ultraderecha y llegar al poder en 2022. Eso es de largo aliento y entonces tenemos que cambiar la táctica y frente a esto hay posibilidades, por supuesto, de que tenemos que cambiarla desde los maestros”.
Así mismo, Alarcón ha dejado en claro en diversas entrevistas, que “cuando hablo de política es para transformar ese país. ¿Cómo se transforma este país? En las urnas. Derrotar al Centro Democrático que hoy gobierna nuestro país”; sin embargo, ha negado que esté hablando de una campaña presidencial específica, indicando que “mal haría en poner nombres como el de Petro o Robledo” y que “hoy hay más de 50 candidatos presidenciales. A nadie le estamos haciendo campaña. Le hacemos campaña a que el país se transforme. No tengo jefe político, soy un actor político”.
La afirmación no cayó bien entre expertos, senadores, autoridades, ni padres de familia y hasta el mismo presidente Duque, pues consideran que Fecode solo pone trabas para no volver a las aulas, y no tienen en cuenta que hay niños y familias que quieren volver porque no tienen internet u otra condición que complica la educación en casa.
En los últimos días se ha evidenciado que existe una división al interior del Comité del Paro, pues un sector, liderado por Percy Oyola, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), es partidario de mantener el paro hasta que se negocie el pliego de emergencia, y otro sector respalda la idea de cambiar la estrategia, dejando que el Gobierno adelante diálogos y negociaciones regionales con los voceros en cada departamento.
De esta forma, Fecode es blanco de críticas por las incongruencias en sus declaraciones y en sus acciones al exigir mayores garantías para evitar el contagio en los colegios, pero, al mismo tiempo, realizaban masivas aglomeraciones en manifestaciones y conciertos en el marco del paro, por lo que el Ministerio de Educación tomó cartas en la situación y decidió dejar claro que quienes decidan no prestar sus servicios tendrán el riesgo de “no recibir el salario por los días no laborados de manera presencial sin justificación alguna, e incurrir en faltas disciplinarias por no cumplir con las finalidades de su cargo y el cumplimiento de sus deberes”.
Beneficios
Ante este panorama, expertos en el tema como infectólogos y psiquiatras coinciden en que el regreso a clases presenciales tendrá un impacto muy positivo en la salud mental de los niños y adolescentes. Según un estudio realizado en 2020 por el Instituto Colombiano de Neurociencias, identificó durante la pandemia:
- 31% de niños tenía problemas para dormir
- 36% contestaba fuerte
- 31% se irritaba con frecuencia
Otro porcentaje presentó problemas de apetito, se aburría o no lograba concentrarse. El anuncio de reactivación por parte de los ministerios de Salud y de Educación es recibido de manera muy positiva por especialistas en salud mental.
María Belén García, psicóloga clínica y profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de la Sabana, y asesora del Ministerio de Educación en este tema, explica que “la presencialidad es crucial para el desarrollo de ciertas habilidades sociales interpersonales, para la práctica de repertorios comportamentales adaptados al ambiente y para el moldeamiento de otros”.
Así mismo, dentro de los beneficios para niños y jóvenes es asegurar el aprendizaje de muchísimos repertorios vitales para un desarrollo armónico y equilibrado; además, la importancia de tener una figura guía en tiempo real, distinta a la figura paterna que no cuenta con la experticia para hacerlo, también evita la exposición a diversos riesgos de la virtualidad.
García concluye que, “este tiempo sin colegio presencial ha afectado el aspecto social, emocional, físico, de salud y de aprendizaje. La mayoría de los estudios científicos del mundo sostenían que la única razón que podría llegar a ser beneficiosa era la reducción de la probabilidad de contagio y, también en los últimos estudios, esto se ha desmentido”. Finalmente, el beneficio del retorno a las escuelas en las familias también sería tremendamente significativo pues reduciría tensiones familiares o estrés por cuidados extra.