Frenar explotación petrolera
Frenar explotación petrolera. El líder de la Colombia Humana advirtió que, si gana las elecciones, lo primero que hará será frenar la exploración de petróleo en el país.
¿Qué representaría esto para el país? ¿Podría darse ese paso?
Actualmente, las compañías petroleras entregan entre el 8 y el 25% del valor de la producción de petróleo crudo en Colombia. Además, el petróleo aporta el 72% de las regalías del país.
Por otro lado, 20 departamentos dependen del petróleo y este sector difícilmente podría frenarse en menos de diez años y la transición energética podría tomar décadas.
Juan Carlos Echeverry, exministro de Hacienda, indica que, si Colombia deja de exportar petróleo desde agosto de 2022, las importaciones caerían en 15.000 millones de dólares.
Según él, desaparecería la inversión extranjera petrolera y las petroleras privadas abandonarían el país. El déficit comercial se duplicaría y la tasa de cambio saltaría.
¿Cómo afecta su bolsillo?
Nuestra canasta de producción de energía eléctrica está basada en hidroeléctricas y en plantas generadoras a través de gas combustible.
Si tuviéramos que llegar a importar gas significaría un aumento en cinco o seis veces al tener que depender del gas importado, lo mismo pasaría en la tarifa de la electricidad para todos los colombianos.
En cuanto a las reservas de gas, importar el combustible redundaría en un aumento del 45% en el gas y por consiguiente de la energía eléctrica.
No contar con los ingresos provenientes del sector minero-energético implicaría generar nuevas fuentes de financiamiento, o reducciones en el gasto, para el Gobierno Nacional.
Solo el sector energético representa el 12% de los ingresos del Gobierno y es la principal fuente de recursos para financiar programas sociales, especialmente de educación y salud. El 38% de la inversión extranjera directa en Colombia es hidrocarburos.
Sin petróleo no solo se verían afectadas las finanzas de la nación, sino también las de los territorios, pues de no contar con los recursos provenientes de regalías significaría una reducción considerable de los recursos de inversión para las regiones.
La consecuencia directa de importar petróleo es sacrificar recursos para programas de inversión social o aumentar los impuestos para financiar los principales proyectos de educación, salud e infraestructura.
Bruce Mac Master, presidente de la Andi, afirma que, en términos económicos, la actividad petrolera tiene impacto sobre otros sectores de la industria como la metalmecánica, minería, logística y cemento.
Todo subiría de precio- Frenar explotación petrolera
En cuanto a los ingresos fiscales, Petro ha impulsado la idea de una reforma tributaria que grave a los más ricos para aumentar los ingresos del Estado y financiar gasto social.
Pero para reemplazar las ganancias que da el petróleo necesitaría una tributaria como la de Carrasquilla, de unos 23 billones de pesos.
También implica un riesgo para el abastecimiento y el gasto de los hogares. Datos de la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), el 60% de la energía que consume el país (en transporte y electricidad) provienen del diésel, la gasolina y el gas natural.
El riesgo de no lograr la transición antes de que se acabe el petróleo (5 años tiene Colombia en reservas) es que los 6 millones de vehículos que funcionan con gasolina y diésel, y los 10 millones de hogares que cocinan con gas natural tengan un combustible más caro.
Los más afectados serían los colombianos de bajos recursos, que verían un incremento generalizado en los precios de los bienes básicos, ya que todo lo que se transporta incrementaría de precio.
Municipios productores y los que tienen altos índices de necesidades básicas insatisfechas, que son los que reciben la mayor asignación de regalías, perderían este rubro de inversión para seguir cerrando brechas sociales.
Compromiso con el cambio climático- Frenar explotación petrolera
Aunque se puede decir que es clave dejar la dependencia del sector petrolero, también es claro que frenar su exploración de forma súbita traerá problemas para la economía.
En nuestro país los hidrocarburos tienen una alta importancia no solo por sus aportes macroeconómicos, sino también por los recursos que generan para el cierre de brechas y el desarrollo de las regiones a través de la generación de empleo y las regalías.
Colombia es responsable de entre 0,4 y 0,6% de las emisiones de CO2 globales. A pesar de que estamos muy lejos de ser un gran emisor.
Sin embargo, hemos adquirido el compromiso de reducir en 51% nuestras emisiones a 2030 y llegar a la neutralidad en carbono para 2050, lo cual nos ha posicionado como líderes regionales en la transición energética y lucha contra el cambio climático.
Colombia está en plena capacidad de cumplir estos ambiciosos planes climáticos sin tener que abandonar los hidrocarburos ni renunciar a los beneficios económicos y sociales que le generan su producción y exportación.