¡Venga le cuento! Esto pasó el 20 de julio de 1810
Esto pasó el 20 de julio. Levantarse pensando que será un día común y corriente, un día más de la semana, en una ciudad donde no pasa nada, es lo que cualquier ciudadano de Santafé imaginó esa mañana del viernes 20 de julio de 1810. Al menos eso fue lo que pasó por mi mente, mientras tomaba café, organizaba las tareas rutinarias en la casa y me alistaba para salir a trabajar.
Mi nombre es Pedro Cifuentes y vivo aquí desde hace años, pero lo que pasó ese día es de no creer. Yo iba para la Plaza Mayor de Santafé, normalmente uno se cruzaba con los criollos y los españoles que se reunían ahí a hablar de las cosas comunes, de las familias, de cómo mejorar la economía y claro, no podía faltar el tradicional día de mercado.
Uno veía como llegaban los campesinos en sus carretas, cargados con todo tipo de mercancía y así iban llenando la Plaza con toldos improvisados. Eso sí, la algarabía que se armaba era cosa de cada viernes.
Siempre paso por la esquina de la Calle Real, para ver el almacén del comerciante español, José González Llorente. Él por lo general abre sus puertas desde muy temprano y vende toda clase de artilugios curiosos y para los que son pudientes porque los precios son bien caros. Tiene diademas, tejidos, sombreros, juegos de vajilla y floreros que se exhiben en sus lujosas vitrinas, todo para que las señoras se antojen.
Mucha gente por aquí dice que es un hombre histérico, mal hablado y enemigo de los americanos, pero desde que yo lo conozco, es un próspero comerciante que llegó a Cartagena a los 12 años, y hasta donde sé, es el único ciudadano en Santafé de Bogotá que habla inglés y de vez en cuando dicta clases de caligrafía y gramática, ahí donde lo ven es un señor bien estudiado.
Yo no es que sea chismoso, pero uno siempre escucha las conversaciones de negocios sobre todo cuando se confunden con las tertulias políticas, más que todo porque se hacen a los cuatro vientos para que todo el mundo escuche, pero aquel día se respiraba un aire de revolución, no sé por qué.
En la tienda de Don Llorente, normalmente españoles y criollos se reúnen allí para intercambiar reales, adquirir exclusivos objetos europeos y solicitar préstamos. Justamente el préstamo de un artículo fue lo que desató la discordia este día.
Don Llorente, se casó con doña María Dolores Ponce, también criolla, ella no se pierde de ninguna de estas conversaciones que les mencioné antes, sobre todo porque mantiene preocupada por relaciones cercanas con ambas caras de la sociedad santafereña.
Ese día cerca de las 11:30 a.m., el criollo, don Luis De Rubio, interrumpía una de las tantas conversaciones del popular comerciante. Estaba buscando un florero en calidad de préstamo, para un banquete de bienvenida del Comisionado Regio, Antonio Villavicencio, al que los españoles no estaban invitados.
Yo escuché como Llorente estaba sorprendido y andaba cuestionando por no haber recibido la invitación de los criollos, a lo que De Rubio le respondía con evasivas. Pero, la conversación se acaloró cuando el comerciante se negó a prestarles el florero, argumentando que el artículo estaba maltratado debido a los recientes préstamos, por lo que corría el riesgo de perder su valor.
En la tienda también se encontraba Antonio Morales y su hermano, también criollos. Entre tanto, el director del Observatorio Astronómico, Francisco José de Caldas, pasó por el frente del establecimiento e interviene en la conversación, juzgando duramente al español.
Yo mientras tanto, me hice el que miraba el resto de la mercancía y en esas, ante la presión de los criollos, Don Llorente se pone a decir en voz alta que despreciaba a Villavicencio y a todos los americanos (criollos). Jum, pues estas palabras alimentaron la ira del mayor de los Morales, quien le propinó un puñetazo en la cara al dueño del almacén.
En esas, salieron los hermanos Morales y empezaron a vociferar por toda la Plaza Mayor que Llorente estaba lanzando improperios a don Luis de Rubio y a los americanos; al tiempo que los agitadores, entre los que se encontraba José María Carbonell, que no se perdía una, desatan la rabia del pueblo que ya de por si andaba cansado de la represión española y clamaba por su emancipación.
Salgo yo detrás de todos, porque me parecía increíble lo que estaba pasando y en eso ya se escuchaba por las calles varios gritos de la gente que decían: ¡Queremos Junta! ¡Viva el Cabildo! ¡Abajo el mal gobierno! Entonces se empezó a sumar más gente que escuchaba los abucheos desde las ventanas y sin pensarlo los indios, plebeyos, blancos y esclavos se adhirieron en un grito unánime. Esto pasó el 20 de julio
Yo tenía miedo por lo que pudiera pasar porque esto nunca se había visto en Santafé y mientras esperaba en una esquina, vi como Llorente corría atemorizado a refugiarse en la casa del español, Lorenzo Marroquín. En cuestión de horas, las calles ardían en llamas y el Virrey, incrédulo, veía cómo los americanos se tomaban la Plaza Mayor. Es que, si les contara, los criollos durante mucho tiempo fueron menospreciados por los españoles y ahora tenían el poder de Santafé.
De alguna manera Don José Acevedo y Gómez, José María Carbonell y Camilo Torres, todos muy conocidos por aquí por ser unos líderes para la comunidad, lograron convocar a un cabildo abierto, para lograr que los cabildantes tengan el poder de elegir a sus gobernantes y también crear una Junta Suprema de Gobierno.
Ya el Virrey en ese punto estaba aterrorizado y decidió conceder un cabildo extraordinario y ante su negativa de gobernar, es el criollo, Don José Miguel Pey, quien tomó su lugar para empezar a darle orden a las cosas. Esto pasó el 20 de julio
Entrada la tarde, los criollos andaban más tranquilos y pues este ánimo revolucionario se fue calmando, la gritería también desapareció y eran como las seis de la tarde cuando se firmó el Acta de la Independencia, este documento según me enteré, era el que marcaría el fin de una era opresiva para los americanos; antes, destinados a vivir bajo el yugo de los españoles.
Es que como dicen las malas lenguas, los criollos se revelaron porque vivían inconformes al sentir una evidente exclusión de los españoles para acceder a altos cargos políticos y, como si fuera poco, también debían pagar más impuestos. Dicen que eran humillados y menospreciados.
Lo que los ayudó fueron los días previos al 20 de julio. Ya se sabía por ahí que un grupo de intelectuales criollos habían creado la tal Junta de los Notables, integrada por José Miguel Pey, Camilo Torres, Acevedo Gómez, Joaquín Camacho, Jorge Tadeo Lozano y Antonio Morales,solían reunirse en el Observatorio Astronómico, dirigidos por Francisco José de Caldas.
Ellos lograron crear un pensamiento independiente en la gente que estaba oprimida por el dominio español y el préstamo del florero, fue solo la excusa perfecta para desatar una asonada que terminaría con la firma de un documento que declaraba la creación de una Junta Suprema de Gobierno, así como la liberación de la sociedad criolla del poder del Virrey Amar.
Cuando vi el puñetazo que le dio Morales a Llorente, fue solo el golpe simbólico que desataría los hechos de aquel viernes 20 de julio de 1810. Esto pasó el 20 de julio
Datos curiosos- Esto pasó el 20 de julio
- El 20 de julio de 1810 fue un viernes, uno de los días donde la gente acudía más a la plaza para hacer mercado.
- Comúnmente, se asocia el 20 de julio al incidente con el florero de Llorente, el cual era el segundo apellido de este comerciante español llamado José. Su primer apellido era González.
- En 1810, se acostumbraba a llamar a la gente por el apellido materno. Por eso este comerciante español es recordado como Llorente.
- Los hechos del 20 de julio no fueron fortuitos. El episodio del florero de Llorente fue una excusa ideada por criollos intelectuales de la época como Camilo Torres y Jorge Tadeo Lozano para dar el grito de Independencia.
- El primer municipio que proclamó su completa independencia fue Santa Cruz de Mompox el 6 de agosto de 1810. A diferencia de Cartagena y otras ciudades esta no reconoció el reinado de Fernando VII, rompiendo los vínculos con la corona española.
- Luego del 20 de julio de 1810 ocurrieron seis batallas que comprendieron la guerra de la Independencia. La más recordada es la Batalla de Boyacá librada el 7 de agosto de 1819.
- Cuando sucedió la revuelta del 20 de julio, Francisco de Paula Santander era estudiante de derecho del colegio San Bartolomé.
- En el Acta de la Independencia que se firmó en 1810 no aparecen nombres como Antonio Nariño, Francisco de Paula Santander o Simón Bolívar.
- ¿Desde cuándo el 20 de julio es día festivo en Colombia? La ley 60 del 8 mayo de 1873 decretó la fecha de la declaración de la Independencia como día feriado.
- El Acta original se quemó en el incendio de las galerías Arrubla en el año 1900, consideradas como el primer centro comercial de Colombia. En 1952 el Banco de la República reprodujo una copia.
- El florero que se exhibe en la Casa Museo de la Independencia, en Bogotá, fue propiedad del artista, Epifanio Garay, quien lo donó al Museo Nacional en 1882, argumentando que era el que se encontraba en la tienda de Llorente. En 1960, su base – pieza restante del adorno- fue exhibido en la Casa del Florero.