¿Cómo lo hizo?: Panamá
Una potencia mundial en América Latina.
También conocido como el ‘Singapur latinoamericano’ o ‘la Suiza de las Américas’, Panamá se ha convertido en una potencia para la región por su gran crecimiento económico en los últimos 25 años.
Demostrando que viviendo en una economía de libre mercado y reforzando las leyes e instituciones que la promueven y que velan por su efectividad, se puede conseguir el éxito.
Panamá es un país que conecta cientos de países a través del Canal de Panamá; un centro de comercio y transporte global que une los océanos Atlántico y Pacífico.
Este paso de conexión permite optimizar la navegación marítima mundial, acortando las distancias entre países productores y consumidores.
Y aún así, existen seis razones adicionales por las que Panamá se puede convertir en una potencia mundial o por lo menos regional:
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Panamá en el radar de los migrantes.
Vivir en Panamá es fácil.
Si desea invertir allí, puede administrar fácilmente su dinero y estar cerca de su país de origen.
El país cuenta con capacidad para beneficiarse no solo de un número creciente de turistas médicos y jubilados, sino también de la fuga de capitales de América del Sur.
Venezuela y Argentina que sufren de una alta inflación, sus ciudadanos ricos de allí y de otros lugares están llegando a Panamá.
A pesar de que el gobierno está tratando de hacer que las cosas sean más difíciles para los inmigrantes, existe un camino sencillo para cualquiera, tener dólares.
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Un país abierto a la inversión extranjera
Panamá expandió su economía más del doble del promedio regional.
Los rascacielos de Ciudad de Panamá, el impactante flujo comercial que transita por su canal y el dinero que fluye en el país, crean la apariencia de una «joya del progreso».
Hacia fines de los 80, los países latinoamericanos vivían los duros efectos de la ola recesiva que asolaba a Latinoamérica.
Deudas externas impagables, grandes déficits fiscales y volatilidades inflacionarias y de tipo de cambio, eran la norma.
En cambio, Panamá, que tenía un cierto nivel de estabilidad política, comenzó a abrirse al comercio internacional.
Su posición geográfica privilegiada, le permitió transformarse en uno de los grandes centros internacionales de comercio, finanzas y actividad logística.
Con la ampliación del Canal de Panamá, permitió a la vía interoceánica doblar su capacidad de tráfico marítimo y el paso de buques de mayor dimensión, conocidos como los Postpanamax.
Así mismo, las tasas de inversión han llegado al 40%, haciendo que el país mantenga su ritmo de crecimiento económico, con el desarrollo de industrias de logística, telecomunicaciones y finanzas.
El aeropuerto, es otro de los grandes imanes de inversión, aparte del metro y otras obras de infraestructura como puentes y sistemas de agua y saneamiento.
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Panamá no tiene Banco Central
Para aquellos que creen que un país sin una economía de planificación centralizada es una fantasía, existe Panamá.
El país no ha tenido un banco central desde su independencia hace más de 100 años. No tienen moneda propia, salvo algunas monedas de balboa que reflejan el dólar estadounidense.
Los cajeros automáticos solo dispensan billetes verdes.
Si bien, Ciudad de Panamá no es un lugar barato para vivir para los expatriados o migrantes, por otro lado, el libre mercado acá funciona: por ejemplo, no existen taxis con taxímetro regulado por el gobierno.
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No hay militares en Panamá
Panamá es uno de los pocos países del mundo que abolió su ejército permanente. En cambio, tiene la Fuerza Pública panameña, una organización apenas paramilitar que actúa como fuerza policial.
Como cualquier buen país con un impulso positivo, Panamá aprendió las lecciones de su pasado, la lección de permanecer en paz.
Como resultado, el país tiene relaciones positivas con el resto de la región y el mundo.
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No hay antecedentes de guerra civil
Se puede decir que la libertad está desde la última guerra civil en el país que condujo al Estado Libre del Istmo.
El único período oscuro fue el reinado de Manuel Noriega en el lugar por parte de la CIA.
Panamá disfruta de todas las libertades que disfrutan las sociedades occidentales, desde las libertades de prensa y de expresión hasta la libertad de religión.
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La tierra soñada.
Si bien algunos están encantados con que el 20% de su población sea de Colombia, cualquier occidental puede venir aquí y vivir libremente con el apoyo total del gobierno.
Es el país con la segunda residencia más fácil del mundo gracias al programa de Visa de Naciones Amigas de Panamá.
Por supuesto, ningún lugar es perfecto. Panamá cae en algunos de los estereotipos por los que se conoce al mundo latino, incluido el servicio más lento.
Sin embargo, incluso si elige no vivir en Panamá, es un buen lugar para invertir o almacenar su efectivo.
De la misma manera que Singapur es un gran centro de riqueza para quienes viven en el sudeste asiático, Panamá es un centro para quienes se encuentran en América Latina.
Los rascacielos saltan a la vista en el horizonte, es refugio para expatriados, pero carece de una fuerza laboral muy motivada.
Al igual que con un mercado emergente con una población que se mueve lentamente, las oportunidades son abundantes aquí.
Por estas y más razones, se está convirtiendo en una potencia comercial a la que hay que ponerle el ojo y más que eso, aprender de ella.